Esta asociación nace con el propósito de dar a conocer a los cristianos evangélicos la necesidad que tenemos de unirnos todos para un fin en común, en este caso sería la de defender el derecho a la vida, ya que es nuestro Dios quien nos la dio, es el único que tiene el derecho a quitárnosla (Deuteronomio 32:39), para ello nos relacionaremos con otras asociaciones o colectivos afines tanto religiosos o seculares no políticos para llevar esta defensa de protección a la vida, así como de toda la creación de Dios.

No podemos hacer las cosas solo con las miras que las personas venga a nuestra iglesia(reparto de comidas, ropas, etc..), tenemos que hacerlas por amor a Dios, tenemos que ayudar a las personas en las cosas cotidianas de la vida, estar con ellas en sus problemas, y así verán a Cristo a través de nuestras vidas y obras, ya que la fe sin obras está muerta (Santiago 2.14-26), versículo 17 Así también la fe, si no tiene obras, es muerta en sí misma. Versículo 18 Pero alguno dirá: Tú tienes fe, y yo tengo obras. Muéstrame tu fe sin obras, y yo te mostraré mi fe por mis obras.

Por ello esta asociación tiene una doble misión:

  

1.       La defensa y protección de la vida en general, y la del no nacido en particular. ” Porque tú formaste mis entrañas; tú me hiciste en el vientre de mi madre… No fue encubierto de ti mi cuerpo… Mi embrión vieron tus ojos, y en tu libro estaban escritas todas aquellas cosas que fueron luego formadas, sin faltar una de ellas”. (Salmos 139:13-16).

 

2.      Evangelizar a las personas a través del testimonio personal. Mateo 5:16 Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos.

Siendo sabedores de la importancia que tiene este trabajo que hacemos para Dios, es por lo que pedimos a las iglesias Evangélicas que nos apoyen con sus oraciones, para que este ministerio pueda seguir desarrollándose. Necesitamos del apoyo y las oraciones del pueblo evangélico.

Para que triunfe el mal, basta con que los hombres de bien no hagan nada.

Edmund Burke